Siempre se recomienda a las personas que se sienten derechas y todos coinciden en que permanecer encorvados no es bueno ni recomendable. Pero hay otro motivo: la buena postura hace que las personas sientan más confianza en sí mismas.
Por un motivo o por otro, siempre se recomienda a las personas que se sienten derechas. Ya sea el viejo consejo materno de "Sentate bien" o el médico que pregona la salud de la espalda, todos coinciden en que permanecer encorvados no es bueno ni recomendable. Pero un equipo de investigadores de Estados Unidos halló otro motivo para mantener este hábito: una buena postura hace que las personas sientan más confianza en sí mismas.
"A la mayoría de nosotros se nos enseñó que estar sentados derechos causa una buena impresión en las otras personas. Sin embargo, resulta que nuestra postura también puede afectar la manera en que pensamos de nosotros mismos. Si alguien se sienta derecho, termina creyendo en sí mismo simplemente por la postura en la que se encuentra", dijo Richard Petty, uno de los autores de la investigación.
Por un motivo o por otro, siempre se recomienda a las personas que se sienten derechas. Ya sea el viejo consejo materno de "Sentate bien" o el médico que pregona la salud de la espalda, todos coinciden en que permanecer encorvados no es bueno ni recomendable. Pero un equipo de investigadores de Estados Unidos halló otro motivo para mantener este hábito: una buena postura hace que las personas sientan más confianza en sí mismas.
"A la mayoría de nosotros se nos enseñó que estar sentados derechos causa una buena impresión en las otras personas. Sin embargo, resulta que nuestra postura también puede afectar la manera en que pensamos de nosotros mismos. Si alguien se sienta derecho, termina creyendo en sí mismo simplemente por la postura en la que se encuentra", dijo Richard Petty, uno de los autores de la investigación.
LA CLAVE DE LA CONFIANZA
Los científicos de la Universidad de Ohio trabajaron con jóvenes estudiantes del estado de Ohio, y publicaron sus conclusiones en la Revista Europea de Psicología Social.
Dividieron a los voluntarios en dos grupos separados y les dieron instrucciones opuestas. Una mitad debió sentarse derecho y sacando pecho, mientras que la otra mitad tuvo que encorvar marcadamente la espalda. A continuación, les solicitaron que imaginaran que estaban en una entrevista de trabajo y que debían describir los rasgos positivos y negativos de cada uno.
Petty subrayó que los jóvenes que se sentaron bien rectos mostraron tener una mayor fe en sus pensamientos y en sí mismos. Por el contrario, los encorvados reflejaron mayores dudas sobre sí mismos al responder al cuestionario del estudio.
En un estudio muy parecido pero realizado con otras personas, los voluntarios no dijeron que sentían más fe en sí mismos al sentarse derechos, pero en las respuestas a las preguntas sí se notó una mayor confianza.
"La gente asume que su auto-confianza proviene de la mente. No se dan cuenta de que su postura afecta cuánto creen en sí mismo. Si tomaran conciencia de esto, la postura ya no tendría semejante influencia", concluyó Petty.
Los científicos de la Universidad de Ohio trabajaron con jóvenes estudiantes del estado de Ohio, y publicaron sus conclusiones en la Revista Europea de Psicología Social.
Dividieron a los voluntarios en dos grupos separados y les dieron instrucciones opuestas. Una mitad debió sentarse derecho y sacando pecho, mientras que la otra mitad tuvo que encorvar marcadamente la espalda. A continuación, les solicitaron que imaginaran que estaban en una entrevista de trabajo y que debían describir los rasgos positivos y negativos de cada uno.
Petty subrayó que los jóvenes que se sentaron bien rectos mostraron tener una mayor fe en sus pensamientos y en sí mismos. Por el contrario, los encorvados reflejaron mayores dudas sobre sí mismos al responder al cuestionario del estudio.
En un estudio muy parecido pero realizado con otras personas, los voluntarios no dijeron que sentían más fe en sí mismos al sentarse derechos, pero en las respuestas a las preguntas sí se notó una mayor confianza.
"La gente asume que su auto-confianza proviene de la mente. No se dan cuenta de que su postura afecta cuánto creen en sí mismo. Si tomaran conciencia de esto, la postura ya no tendría semejante influencia", concluyó Petty.
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